miércoles, 22 de enero de 2025
“EL SASTRE DE LA MAFIA”
Existe un tipo de personaje que está destinado a ser secundario. Habla poco y bajo; y es un excelente guardián de secretos, sobre todo cuando el medio en que se mueve es violento y brutal, como el de la mafia. Ahora, lograr que ese tipo de personaje se transforme en el protagónico y que se sostenga de buena manera durante toda la película no es nada de fácil, pero sin duda es un logro de realización fuera de lo común.
Eso ocurre en “El Sastre de la Mafia” (2022), cinta dirigida y escrita por el cineasta estadounidense Graham Moore, en lo que es su ópera prima; y que retrata la vida del sastre inglés Leonard Burling (Mark Rylance), que tiene su tienda en Chicago de los años 50; y cuyo mejor cliente es la mafia irlandesa, a cargo de Roy Boyle (Simon Russell Beale), que usan además el local para recolectar el dinero sucio de sus operaciones.
Moore, de 43 años, se había hecho famoso como guionista, labor que ejerció en la cinta “El Código Enigma” (2014) y por la cual ganó un Oscar. En “El Sastre de la Mafia”, su doble rol le dio control total sobre la historia y su puesta en escena, logrando un filme riguroso y detallista; con la gran dificultad de que las acciones ocurren completamente en el interior del negocio de Leonard, aunque éste tiene tres ambientes que el director sabe explotar de la mejor manera.
En el vestíbulo, el sastre tiene conversaciones introductorias con su secretaria, Mable (Zoey Deutch), a la cual no le interesa en negocio y solo quiere marcharse a París; y con el hijo de Roy, Richie (Dylan O’Brien), el cual vive preocupado por la otra familia que compite por el control de la ciudad. Luego, viene el probador, donde hay una violencia contenida, que oscila entre los diálogos con Roy y con su lugarteniente, Francis (Johnny Flyn); y que se debaten entre la traición y la muerte, logrando momentos de gran tensión y suspenso. Por último, el taller, que es donde ocurren las situaciones más definitivas y que marcan la dirección de los acontecimientos; con un baúl que recuerda a su homónimo de “La Soga” de Hitchcock. Es notable la maestría con que el sastre se mueve entre aguas turbulentas, a cada movimiento del argumento, para demostrar que no es para nada inocente, tanto que con la nueva jefa de la mafia, Violet La Fontaine (Nikki Amuka-Bird), se presenta como modisto, y ya no como sastre.
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