viernes, 30 de mayo de 2025

“UN HOMBRE DIFERENTE”

Las particularidades son los elementos que nos hacen atractivos para el sexo opuesto; a pesar de que muchas veces esas características no son precisamente las que más valoramos nosotros en nuestra fisonomía. Esto pareciera decirnos “Un Hombre Diferente” (2024), cinta dirigida, escrita y producida por el cineasta estadounidense Aaron Schimberg; y que nos relata la historia de Edward (Sebastian Stan), un hombre con el rostro deforme y que gracias a un tratamiento experimental, recupera un aspecto absolutamente normal; lo que no lo satisface finalmente. Schimberg había realizado anteriormente dos largometrajes: “Go Down Death” (2013) y “Chained por Life” (2018) que, junto a este estreno, marcan un estilo propio y original, que se cimenta en la búsqueda y desarrollo de personajes con problemas físicos y psicológicos. En “Un Hombre Diferente”, profundiza esta preocupación con el despliegue de dos personajes deformes físicamente; pero que lo llevan cada uno de una manera totalmente distinta en su cotidianeidad. Por una parte está Edward, que, mientras tiene el problema físico, es temeroso, tímido e inseguro; y por otro, Oswald (Adam Pearson), que pareciera utilizar su malformación como una oportunidad, con una personalidad desbordante y entradora. Esta dicotomía es expuesta y realzada por la vecina de Edward, Ingrid (Renate Reinsve); dramaturga y directora teatral que está interesada en él en forma genuina e integral, a pesar o precisamente por su anomalía. Una vez que se mejora, sigue interesada en él; pero sólo porque Edward es actor y personifica su antiguo aspecto, con una máscara de gran realismo. Esta paradoja termina de consumarse cuando aparece Oswald en la vida de ambos y desplaza a Edward en el interés de Ingrid, tanto personal como profesional, porque el primero es un auténtico deforme y, para más remate, talentoso y avasallador y, para ella, atractivo. En resumen, la cinta no trata sobre la deformidad como espejo de quien la mira, como “El Hombre Elefante” de David Lynch; sino que plantea la anormalidad, incluso la física, como un atractivo; ya que nos hace diferentes e interesantes, para aquellas personas que no tienen prejuicios y complejos, que predeterminen su percepción y valoración que tienen de los demás.

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