viernes, 30 de mayo de 2025

“DIAS PERFECTOS”

La felicidad parece tener que ver con vivir la vida sin expectativas muy ambiciosas y valorar la cotidianeidad y los pequeños rituales que nos permite la existencia y la naturaleza. Esto nos dice “Días Perfectos” (2023), cinta dirigida, escrita y producida por el cineasta alemán Wim Wenders; uno de los más importantes realizadores vivos y fundamental en la historia del cine de la segunda mitad del siglo XX; y que integró el Nuevo Cine Alemán, junto con Werner Herzog y Rainer Werner Fassbinder, entre otros. Wenders, de 79 años, tiene un cine altamente poético y existencial. Entre sus muchas cintas destacan “El Miedo del Arquero frente al Penal” (1972), “Alicia en las Ciudades” (1974), “Movimiento Falso” (1975), El Transcurso del Tiempo” (1976), “El Amigo Americano” (1977), “Paris-Texas” (1984), “El Cielo sobre Berlín” (1987), “Más Allá de las Nubes” (1995), “El Final de la Violencia” (1997), “Tierra de Abundancia” (2004), y “Llamando a las Puertas del Cielo” (2005), entre otras. “Días Perfectos” está ambientado en Tokyo, Japón; y nos muestra la vida de Hirayama (Koji Yakusho), un solitario personaje, que habla muy poco, que ama y fotografía los árboles y las plantas, la música rock de autor en cassettes, la literatura y que sobrevive haciendo aseo en los impecables baños públicos de la ciudad. De hecho, el nombre de la cinta está inspirado en la canción homónima de Lou Reed, uno de sus músicos preferidos, junto con Patti Smith, Van Morrison y Tracy Chapman. También es notable la versión de “La casa del Sol Naciente” de Animals, que hace la dueña de un bar para sus contertulios. Su secreto es que no tiene rutinas, sino rituales. Desde que amanece, se levanta con una sonrisa, escucha música, observa a los árboles y a la gente con respeto, trabaja con su furgón, se alimenta, no le tiene temor a la lluvia. En sus ratos libres, anda en bicicleta, lee “Las Palmeras Salvajes” de William Faulkner, “Once Cuentos” de Patricia Highsmith o “El Arbol” de Aya Koda. Sus sueños, en blanco y negro, en que se entremezclan las sombras del día, también son importantes. Su soledad sólo se ve rota cuando lo visita por unos días su sobrina Niko y luego su hermana Keiko la viene a buscar. Al otro día vuelve a amanecer.

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