viernes, 30 de mayo de 2025

“CONCLAVE”

El Papa es una autoridad moral de alcance mundial, pero también tiene un considerable poder; que hace que su elección sea ambicionada por muchos cardenales de todo el planeta, al igual que cualquier otro estado de primera línea. Esa es la conclusión más evidente de “Cónclave” (2024), cinta dirigida y producida por el cineasta alemán, Edward Berger; que se centra precisamente en el proceso de elección de un nuevo pontífice, después de la muerte de éste. De hecho, el filme comienza con el fallecimiento del Papa y el efecto que esto provoca en sus más cercanos, el cardenal Lawrence y decano de la Curia (Ralph Fiennes) y el cardenal Bellini (Stanley Tucci), quien desde el comienzo es considerado “papabile”. Berger, de 55 años, había dirigido anteriormente cinco largometrajes: “Gómez” (1998), “Frau2 Sucht Happy end” (2001), “Jack” (2014), “Todo Mi Amor” (2019) y “Sin Novedad en el Frente” (2022). Esta última, interesante nueva versión del clásico de Lewis Milestone de 1930, lo colocó en el primer plano mundial como un talentoso realizador. Con “Cónclave” ratifica este apelativo. Con un reparto de lujo, retrata con crudeza las luchas de poder que se establecen en el Vaticano, para suceder al fallecido Papa, que representan por un lado las tendencias más liberales y conservadoras al interior de la iglesia católica, pero también las ambiciones personales, alimentadas por años y años. A los dos cardenales ya citados se suman el cardenal Tremblay (John Lithgow), el cardenal Tedesco (Sergio Castellito), el cardenal Adeyemi (Lucian Msamati) y el cardenal Benítez (Carlos Diehz). Cada cual, con mayor o menor grado de avidez, pujan entre sus colegas que asisten al cónclave, para que voten por él o por su candidato; llegando en algunos casos incluso a prácticas no muy dignas para un dignatario del cristianismo. Lawrence, encargado de la convención por antigüedad, debe llevar el proceso con sabiduría y visión de futuro. En esta labor tendrá la ayuda inesperada de una mujer, la hermana Agnes (Isabella Rossellini); lo que sin duda es un elemento de ficción en esta cinta, casi documental; al igual que su desenlace, donde se cargan las tintas demasiado hacia la fantasía.

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