“EL BANCO DE DAVE”

Hay historias que de tan humanas e idealistas parecen sacadas de la ficción más desenfrenada; y cuesta creer que se basan en personas reales que han logrado vencer al sistema establecido y hacer un poco mejor este mudo tan metalizado e individualista. Una de ellas es contada en “El Banco de Dave” (2023), cinta dirigida por el cineasta británico Chris Foggin y que está basada en la historia actual de Dave Fishwick (Rory Kinnear); un exitoso empresario del transporte de personas, que decidió crear un banco para apoyar a los pequeños emprendedores de su natal ciudad de Burnley, en el condado de Lancashire, ubicada a casi 400 kilómetros de Londres. Foggin, de 39 años, había dirigido anteriormente tres largometrajes: “Kids in Love” (2016), “Música a Bordo” (2019) y “Esta es Navidad” (2022); todas ellas comedias amables, con muy buena dirección de actores y guiones bien construidos, con personajes bien desarrollados. En “El Banco de Dave”, aparte del protagonista, son fundamentales su esposa Nicola (Jo Hartley); el abogado londinense y su jefe que los asesorarán, Hugh (Joel Fry) y Clarence (Angus Wright), respectivamente; la doctora Alexandra de Burnley (Phoebe Dynevor), que pondrá la nota romántica con Hugh; y el que simboliza al establishment, que se opone a que se abra un nuevo banco, más aún por alguien que no pertenece a la alta sociedad capitalina, Sir Charles (Hugh Bonneville). El contraste entre la vida londinense y la de Burnley es impresionante y se encuentra muy bien retratada en la cinta. En esta última, todo se resuelve y se celebra en el bar principal de la ciudad, en el cual es fundamental el karaoke; por supuesto con canciones rockeras, pero con letra inteligente y melodía pegajosa. Allí se destaca Dave, que es gran admirador de Deff Lepard y del club de fútbol de la ciudad, que juega en la segunda división. De hecho, en su estadio, el Turf Moor, Deff Lepard hará un gran concierto en beneficio del proyecto de Dave, ya que los banqueros de Londres le han puesto la imposible misión de juntar 12 millones de libras esterlinas, como capital inicial para abrir su solidario e inusual banco.