jueves, 28 de marzo de 2024

“FRACTURA”

Todo es realidad. Todo lo vivimos. Todo lo vemos. El día a día está poblado de acciones, pensamientos, recuerdos, fantasías, sueños; para configurar una gran realidad que es lo que nos define a cada uno de nosotros; con nuestros miedos, traumas; pero también alegrías y pequeñas y grandes satisfacciones, que finalmente son lo que construyen nuestras vidas y nuestra percepción de lo que existe y es. Esta podría ser una de las conclusiones de “Fractura” (2019), cinta dirigida por el cineasta estadounidense Brad Anderson; y que a través de la historia de Maxi Monroe (Sam Worthington), un padre de familia, que sufre un accidente junto a su hija pequeña Peri (Lucy Capri) y su esposa, Joanne (Lily Rabe), nos demuestra que la realidad no es algo tan claro, sino que depende de la interpretación de cada personaje; y por supuesto del espectador, con el cual el director puede jugar a su antojo, dependiendo del talento del mismo en el uso del lenguaje cinematográfico. Anderson, de 59 años, tiene una vasta filmografía, en la cual destacan filmes como “Accidentes Felices” (2000), “Sesión 9” (2001), “El Maquinista” (2004), “Transiberiano” (2008), “Vanishing 7h Street” (2010), “La última Llamada” (2013), “Asylum” (2014), “El Rehén” (2018) y “Sangre” (2022); en las que ha demostrado un gran manejo del suspenso y de las escenas de acción; con personajes que luchan por cambiar el destino aparente. En “Fractura”, Maxi, luego del accidente, llega a un hospital perdido en mitad de una carretera, junto a su esposa; para internar a su hija, para que le examinen un brazo que tiene aparentemente fracturado. Aparte de la burocracia normal, el espectador siente que algo extraño está en progreso; lo cual se verifica con la desaparición de madre e hija, luego de horas después de haber ingresado para una resonancia magnética a la menor. De ahí en más, la cinta toma un aire definitivamente extraño y viciado; y Maxi debe luchar contra todos para intentar recuperar a su familia, con la negación de los médicos, de los administrativos y los guardias; aunque, como señalamos, comenzamos a percibir que la realidad no es lo que parece, sino lo que percibimos dependiendo de quien la cuente o interprete.

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