martes, 10 de octubre de 2023
“OPPENHEIMER”
La energía nuclear es un poder tan grande que parece robado a los dioses y cuyo mal uso puede significar una guerra mundial descontrolada y a la larga la destrucción del planeta. Esto lo tuvo claro el físico Robert Oppenheimer, luego de dirigir el proyecto Manhattan, para construir la primera bomba atómica y hacerla detonar como ensayo en el desierto de Nuevo México, antes de que Estados Unidos la usara dos veces en 1945 en Hiroshima y Nagasaki, Japón.; ocasionando miles de muertos y la rendición del país asiático en la Segunda Guerra Mundial.
Esta es una de las principales conclusiones de “Oppenheimer” (2023), cinta dirigida, escrita y producida por el cineasta británico Christopher Nolan; y basada en el libro biográfico “Prometeo Americano” de Kai Bird y Martin Sherwin; que relata la vida del gran físico teórico, considerado el padre de la bomba atómica, a pesar de que detrás de él estuvo un gran equipo de científicos, que quería evitar que los nazis la construyeran primero. Nolan, de 52 años, ha dirigido doce largometrajes, entre los que resaltan “Memento” (1998), “El Prestigio” (2006), “El Caballero Oscuro” (2008), “Origen” (2010), “Interestelar” (2014) y “Dunkerque” (2017); en los que destaca un particular uso del lenguaje cinematográfico, especialmente en lo referido al guion y al montaje.
En “Oppenheimer” estas particularidades se repiten. El guion, basado en una investigación periodística de primer nivel, pone sobre el tapete la personalidad de un científico generalmente simplificado y que, a todas luces, era de una complejidad y genialidad no del todo conocida. Respecto de la edición, Nolan utiliza dos narraciones paralelas para retratar de mejor forma a Oppenheimer (Cillian Murphy). Una sobre la acusación de espionaje que sufre, producto de una conspiración en su contra, que sirve para repasar su vida; y la otra la audiencia en el Senado que vive Lewis Strauss (Robert Downey Jr.), donde éste queda al descubierto por lo anterior; y que grafica cómo se juega en las grandes ligas del poder en Estados Unidos. En ambas líneas narrativas, aparte de la sensibilidad de Oppenheimer respecto de los fenómenos del Universo, queda de manifiesto el rol de la mujer en su vida; primero con Jean Tatlock (Florence Pugh) y luego con su esposa, Kitty (Emiliy Blunt), que lo acompañó en los peores momentos y hasta sus últimos días.
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