“LA MEMORIA INFINITA”

Hay crónicas familiares que pueden trascender el interés particular y transformarse en historias con las cuales se identifica mucha gente. Para esto es fundamental que la película registre y rescate instantes fundamentales en la relación de pareja, con una sensibilidad aguda y lúcida. Esto ocurre con “La Memoria Infinita” (2023), cinta documental dirigida, escrita y producida por la cineasta nacional Maite Alberdi; que narra la relación de pareja de la actriz y ex Ministra de Cultura, Paulina Urrutia; con el periodista y productor audiovisual Augusto Góngora; sobre todo a partir de cuando se le declaró la enfermedad de Alzheimer a éste último, hasta sus días finales, previos a su fallecimiento en mayo de este año. Alberdi, de 40 años, había dirigido anteriormente cuatro documentales: “El Salvavidas” (2011), “La Once” (2014), “Los Niños” (2016) y “El Agente Topo” (2020); en los que demostró un innegable oficio y sensibilidad, al servicio de historias originales, contadas con sencillez y eficacia. En “la Memoria Infinita” ratifica estas cualidades. Con diversos materiales construye la historia de esta pareja, que llegó a estar 25 años juntos. Con una cámara fija, operada por Urrutia, nos introduce directamente al dormitorio del matrimonio, con un Góngora que presenta los primeros síntomas de la terrible enfermedad que, en su caso, lo llevó a la demencia, con episodios de angustia y desesperación. El público es testigo del paulatino deterioro de Góngora, pero también de sus momentos de lucidez; en que no solo reconoce a Urrutia, sino que evidencia el gran valor que tuvo para él su mujer y su relación de pareja; logrando emocionar al espectador, tanto por lo que tuvieron amorosamente, como por lo que iban perdiendo, y por la fragilidad de la existencia humana. Con imágenes de archivo, además, somos testigos de la época de juventud de Góngora, en que reporteaba para Teleanálisis, canal alternativo en los años de las protestas en dictadura; o cuando ya trabajaba en TVN, para el programa Cine Video y entrevistó al gran cineasta chileno Raúl Ruiz; y le preguntó sobre “los muertos que no se pueden ir”, en alusión a los detenidos desaparecidos.