“INFIERNO DE COBARDES”

El western es un género que tiene sus códigos propios y que permite desplegar todas las posibilidades del lenguaje cinematográfico; por este motivo, los amantes del buen cine en general son fieles admiradores de una película de este tipo, que esté bien hecha y responda a sus características arquetípicas. “Infierno de Cobardes” (1973), cinta dirigida por el cineasta estadounidense Clint Eastwood, cumple a cabalidad con lo que se espera del género; por lo tanto, con cincuenta años de vida, se mantiene absolutamente vigente y en forma segura, lo logrará por siempre. Eastwood, de 93 años, ha dirigido cuatro westerns propiamente tales e “Infierno de Cobardes” fue el primero. Además, ha dirigido “El Fuera de la Ley” (1976), “El Jinete Pálido” (1985) y “Sin Perdón” (1992), todos ellos muy bien logrados y considerados un excelente ejemplo del género. En “Infierno de Cobardes”, el protagonista es un pistolero sin nombre (Clint Eastwood), que llega a un pequeño pueblo, ubicado a orillas de un lago y que se llama de la misma forma. Es el típico vaquero tranquilo, que sólo quiere tomarse una cerveza y una botella de whisky; y que le den una buena afeitada y darse un buen baño de tina. Como corresponde, los tres matones del pueblo, que se tienen tomado el lugar, lo provocan y lo molestan hasta lo indecible hasta que se enfrentan a balazos, dejando el misterioso vaquero claro que es mucho más rápido que ellos. Esto genera una reunión entre el alcalde (Stefan Gierasch), el sheriff (Walter Barnes) y los empresarios Dave Drake (Mitchell Ryan) y Morgan Allen (Jack Ging) para que el pistolero los proteja de un trío de matones que está por salir de la cárcel: Stacey (Geoffrey Lewis) y los primos Cole (Anthony James) y Dan Carlin (Dan Vadis). La preparación del pueblo para el clímax, para intentar que aprendan a defenderse solos; sus encuentros con las dos mujeres guapas del pueblo, Sarah (Verna Bloom) y Callie (Mariana Hill), que primero lo rechazan y luego se entregan a él; la burla de las autoridades: nombra sheriff y alcalde al enano Mordecai (Billy Curtis) y desprecia al cura (Robert Donner) son algunos de los códigos de esta cinta, cuyo antihéroe es un hombre cabal y de pocas palabras.