“ATRAPADO EN LA TORMENTA”

Hay actores en roles protagónicos cuya presencia en pantalla es tan fuerte que determinan la evaluación de la cinta completa, de acuerdo a la calidad de su interpretación. El estadounidense Nicolás Cage es uno de ellos y hace rato que sus actuaciones son de una irregularidad abismante. Esto ocurre en “Atrapado en la Tormenta” (2019), cinta dirigida por el cineasta canadiense Stephen S. Campanelli y en la que Cage interpreta a Walter, uno de los tres protagonistas de este thriller, que podría haber sido mucho mejor evaluado, de no ser por la deficiente actuación del citado actor. Campanelli, de 63 años, por años camarógrafo del equipo de Clint Eastwood, ha dirigido además otros tres largometrajes: “Momentum” (2015), “Caballo Indio” (2017) y “Agua Bebestible” (2021); y seguramente después de “Atrapado en la Tormenta” no le quedaron ganas de volver a trabajar con Cage. Esta película se centra en el interrogatorio, a manos del detective Jones (Kelsey Grammer), que sufre Buddy (Luke Benward); que debe demostrar que no cometió un crimen en la casa donde vive Walter con su esposa Fancy (Kadee Strickland), una pareja de desquiciados secuestradores, que lo invitan a pasar una noche en su casa, para protegerse de un huracán. A través de raccontos, el espectador va conociendo de a poco los detalles de la relación entre el singular matrimonio y Buddy, quien llega ahí para arreglar una cerca de madera y que no podrá regresar a su casa en el mismo día, con su esposa Lisa (Emily Marie Palmer), por lo cual quedará atrapado en una casona antiquísima, con esta pareja que tiene una relación de amor y odio; y fuerte dependencia psicótica. Fancy se destaca por su innegable atractivo erótico y su insatisfacción sexual, que a toda costa quiere saciar con Buddy, y Walter, por una mezcla entre indiferencia a todo, alcoholismo y celos por las locuras de su mujer. Sin lugar a dudas, la mayor deficiencia del filme está en la definición y desarrollo del trío protagónico, ya que tanto Walter como Fancy resultan exagerados y esquemáticos. Incluso Buddy resulta demasiado ingenuo y arriesgado, cuando cualquier otro habría salido arrancando mucho rato antes.