“ANTONIA: UNA SINFONIA”

Hay personajes históricos desconocidos, que el solo hecho de poner sus vidas extraordinarias en la pantalla confiere al filme un aura especial, que la mano de una buena directora puede realzar aún más. Esto ocurre con “Antonia: Una Sinfonía” (2018), cinta dirigida y escrita por la cineasta holandesa María Peters; y que está basada en la vida de Antonia Brico (1902-1989), de la misma nacionalidad y primera mujer que condujo las Orquestas Filarmónicas de Berlín y de Nueva York, superando prejuicios y un sinfín de dificultades que no amilanaron su ánimo y su determinación. Peters, de 64 años, dirigió anteriormente ocho largometrajes, todos ellos en su país de origen; entre los que destacan “Lovely Liza” (1997), “Pietje Bell” (2002), “Pietje Bell 2” (2003) y “Sonny Boy” (2011). “Antonia: Una Sinfonía” comienza su narración en 1926, en Nueva York, donde la protagonista (Christanne de Bruijn), inicia su largo recorrido para ser directora de orquesta, relacionándose con el maestro Willem Mengelberg (Gijs Scholten van Aschat), quien no la tomará en serio, al igual que su pretendiente, Frank Thomsen (Benjamin Wainwright), aunque éste será su mecenas anónimo en el futuro, habiéndose casado con otra mujer. Incluso su profesor de piano, Mark Goldsmith (Seumas Sargent), aceptará hacerle clases sólo por su belleza física y para intentar propasarse con ella. Los únicos que la ayudaron fueron su amigo Robin Jones, (Scott Turner Schofield), pianista de vaudeville; y el maestro alemán Karl Muck (Richard Sammel), que le enseñó los secretos de la conducción orquestal; los cuales, sumados a su talento y perseverancia, le permitieron dirigir las principales orquestas del mundo y regresar triunfalmente a Estados Unidos, donde creó la primera orquesta de mujeres, con singular éxito. “Antonia: Una Sinfonía” es una cinta de gran intensidad, en la que destaca la fuerte personalidad de Antonia Brico; y sus constantes luchas por salir adelante. Primero para averiguar sus orígenes (era adoptada) e independizarse; y luego para seguir un carrera vedada para las mujeres y en la que sin duda fue una punta de lanza para el género femenino.