viernes, 20 de mayo de 2022

“1922”

Una de las principales virtudes de una adaptación en el cine es conservar el espíritu de la obra original, cual sea el género de ésta y, además, traducir el lenguaje literario al lenguaje cinematográfico, buscando una recreación o interpretación del texto primigenio. Considerando estas variables, se puede decir que “1922” (2017), cinta dirigida, escrita y producida por el cineasta australiano Zak Hilditch; y basada en la novela corta homónima del gran escritor estadounidense Stephen King, logra dichos objetivos de manera satisfactoria, dando como resultado un filme oscuro e inquietante, tal cual es el imaginario que construye King en la mayoría de sus obras. Hilditch ha dirigido además seis largometrajes de ficción: “Esperando por la Base Naval Lilly” (2003), “La Actriz” (2005), “Plum Role” (2007), “La Herramienta” (2010), “Esta Horas Finales” (2013) y “Rattlesnake” (2019), que lo han posicionado como uno de los nuevos directores importantes del país oceánico. En “1922”, construye de buena forma un universo opresivo en el campo estadounidense, cerca de Omaha; en el cual se respiran destinos ya marcados y muy difíciles de modificar, como una condena inevitable. La acción se centra en una familia de agricultores, los James, conformada por el padre, Wilfred (Thomas Jane); su esposa, Arlette (Rolly Parker) y su hijo adolescente, Henry (Dylan Schmid). La propiedad familiar la integran dos parcelas conjuntas, que pertenecen a cada uno de los padres, los cuales claramente no se aman. Este pie forzado emocional negativo será el origen de la tragedia familiar, en la que también se involucrarán la novia de Henry, Shannon Cotterie (Kaitlyn Bernard); transformándose en una especie de Bonny y Clyde juveniles; y su padre, Harlan (Neal McDonough), en un espiral cada vez más oscuro y trepidante, en el cual la culpa excesiva creará fantasmas horrendos, transformándose la naturaleza por último en un instrumento de justicia y venganza. Todo el horror del mundo de King y de lo opresivo que puede resultar el campo estadounidense, captado a cabalidad en una cinta agobiante.

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