“BAJO SOSPECHA”

El hecho de que la historia en que se basa sea real y sea muy sabrosa e interesante no garantiza el éxito de una cinta; pero sí le asegura un buen punto de partida. Ahora, si a eso le agregamos un buen guion, una buena dirección y buenas actuaciones, seguramente tendremos una película bastante más que aceptable. En principio eso podemos decir de “Bajo Sospecha” (2019), cinta dirigida por el cineasta australiano Phillip Noyce y basada en el libro homónimo del autor estadounidense contemporáneo Joe Sharkey; que relata la historia del joven agente del FBI, Mark Putnam (Jack Huston) y su involucramiento sentimental con una de sus testigos protegidas, Susan Smith (una excelente Emilia Clarke); que como buena historia inscrita fuera de lo lícito está condenada a terminar en tragedia. Noyce, de 70 años, es un experimentado realizador que, luego de dirigir cinco largometrajes en su país natal entre los ’70 y comienzos de los ’80, se trasladó a Estados Unidos donde se estrenó en 1987 con “Ecos del Paraíso”. De ahí en adelante, demostró su oficio y cosechó importantes éxitos con filmes como “Juego de Patriotas” (1992), “Sliver” (1993), “Clear and Present Danger” (1994), “El Santo” (1997), “El Coleccionista de Huesos” (1999), “El Americano Silencioso” (2002) y “Salt” (2010), entre otros; en los que demostró su manejo del suspenso y la progresión narrativa, especialmente en cintas policiales y de acción. En “Bajo Sospecha” agrega a esas virtudes, el acertado desarrollo dramático del conflicto central ya señalado; el cual tiene vertientes laterales muy bien aprovechadas, como la relación de Mark con su esposa, Kathy (Sophie Lowe) y el rol del marido de Susan, Cash (Johnny Knoxville); que explican varias de las actitudes enfermizas de los dos protagonistas. Pero sin duda, lo más atractivo del filme es la relación de dependencia y atracción que se produce entre Susan y Mark, aunque claramente las expectativas en ambos son muy diferentes. Esto acentúa el sino trágico de la cinta, que se manifiesta muy bien desde su comienzo, por señales como el encierro del pueblo pequeño, la fuerte adicción de Susan y las tóxicas y extrañas relaciones que ambos sostienen con sus más cercanos. En el caso de Mark el detonante es su desmedida ambición a un año de entrar al FBI y en el caso de Susan, su profundo deseo de que alguien la trate bien.