domingo, 30 de marzo de 2008

“DUELO DE ASESINOS”



Esta cinta es un buen ejemplo de lo distorsionador que puede ser la mala costumbre de los distribuidores, de cambiar el título original de una cinta, por otro supuestamente más vendedor; pero que en realidad no sólo induce a error al espectador poco informado, sino que además denota una falta de respeto tremendo hacia el cine de autor, por parte de la industria estadounidense.

“Duelo de Asesinos” (2006), primer largometraje escrito y dirigido por David von Ancken, es un título que hace pensar en el enfrentamiento entre dos delincuentes; no como efectivamente ocurre, entre dos ex soldados de la Guerra de Secesión norteamericana, en el siglo XIX, uno del norte y otro del sur, por una alevosa matanza ocurrida en el pueblo de Seraphim Falls, el verdadero nombre de la cinta. En otro países, la misma película fue exhibida con el nombre “Perseguidos por el Pasado”, nombre mucho más apropiado, porque da cuenta de una motivación que tiene ver con una historia común y además da a entender que psicológicamente ambos protagonistas están marcados psíquicamente por los acontecimientos de ese pasado.

El filme comienza cuando el ex capitán del ejército del norte, Gideon (Pierce Brosnan), aún llevando puesto el pantalón militar, se encuentra haciendo un fuego para cocinar en una montaña nevada; y recibe un balazo de escopeta a metros de distancia, que fue disparado por el ex coronel del ejército del sur, Carver (Liam Neeson), que ha contratado además a cuatro pistoleros para dar caza a Gideon, responsable directo de la muerte de su esposa y sus dos hijos, en un incendio en su casa, cuando los “yankees”, terminada la guerra, llegaron a su campo buscando rebeldes, que ya habían sido licenciados.

Este es el conflicto central del filme, que para Carver implica la obsesión absoluta de venganza y el origen de la cacería permanente de Gideon; y para éste, una serie de pesadillas que no lo abandonan y que lo llevan una y otra vez, culposamente, a revivir el desafortunado episodio, mecanismo por el cual el espectador se entera también del motivo de la persecución. En esta primera parte, en que van cayendo uno a uno los secuaces de Carver, llama la atención la capacidad de sobrevivencia de Gideon, propia de un soldado profesional y de sus tremendas ganas de seguir viviendo, a pesar de sus sentimientos de culpa.

La segunda parte de la cinta se inicia cuando Carver y Giedon se encuentran cuerpo a cuerpo, en una serie de enfrentamientos, en que a pesar de todo no mueren; lo que hace que vayan adquiriendo una presencia inmaterial, casi de entidades que, unidas por un destino común, no pueden separarse más que por la muerte y en la calma que conlleva la entrada en un estadio distinto a la vida común y corriente.

Esta culminación se da en un escenario apropiado, en el desierto, alucinatorio y especular; con elementos simbólicos que acentúan el carácter surreal y de muerte de estas escenas finales. Por ejemplo los personajes del Hombre del Agua (Wes Studi), que parece saber el origen y el destino de Carver y Gideon; y de madame Louise Fair (Anjélica Huston), que negocia con ellos con los pocos objetos que les van quedando, haciendo pequeños enroques con sus cosas, lo que demuestra la identidad final que se produce entre ambos personajes, que se disuelven como espejismos en el horizonte.

Alvaro Inostroza Bidart

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