jueves, 24 de noviembre de 2022

“LA GRAN MURALLA”

Hay realizadores con claro perfil de autores que, por extrañas y desconocidas razones, se sienten tentados por la industria de Hollywood y hacen concesiones y guiños al cine comercial, aunque sin perder la capacidad artesanal y la técnica cinematográfica. Es el caso del cineasta chino Zhang Yimou, uno de los más importantes directores de ese país y que, con una gran trayectoria como artista, ha combinado también este trabajo con cintas de gusto más masivo, pero con una gran factura. Es el caso de “La Gran Muralla” (2016), basada en una historia de Edward Zwick y otros; y con guion de Tony Gilroy y otros; ambientada en China durante la Dinastía Song, aproximadamente entre los años 1000 y 1300, en la Gran Muralla de ese país. Se trata de dos sobrevivientes de un grupo de mercenarios europeos, William (Matt Damon) y Tovar (Pedro Pascal), que son tomados prisioneros por el Ejército, que lideran el General Shao (Hanyu Zhang), el estratega Wang (Andy Lau) y la Comandante Lin Mae (Tian Jing); y que también tienen de prisionero hace años a otro europeo, Ballard (Willem Dafoe), que será de gran ayuda en sus intentos de escapatoria. Yimou, de 70 años, se ha destacado con cintas como “Sorgo Rojo” (1988), “Ju Dou” (1990), “La Linterna Roja” (1991), “Vivir” (1994), “La Joya de Shanghai” (1995), “El Camino a Casa” (1999) y “Héroe” (2002); en las cuales realiza un cine muy psicológico sobre la identidad china, en momentos claves de su historia, como la Revolución Cultural. Luego vinieron “La Casa de las Dagas Voladoras” (2004), “La maldición de la Flor Dorada” (2006) y “Las Flores de la Guerra” (2011), filmes en que incorpora verdaderas coreografías en las escenas de artes marciales y lucha guerrera. Este recurso lo utiliza también en “La Gran Muralla”, cuando la Orden sin Nombre se enfrenta a unos monstruos que llegaron hace años en un meteorito y que aparecen cada 60 años, para intentar tomar por asalto el muro protector y de ahí pasar a la ciudad donde habita el Emperador. En estas batallas, en las cuales colabora William, atraído sentimentalmente por Lin, se despliega todo el talento de puesta en escena y visual de Zhang Yimou; lo que hace más entretenida y digerible esta película, básicamente de acción y de aventuras.

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