viernes, 20 de mayo de 2022
“EL MISTERIO DEL FARO”
Hay excelentes directores de televisión que nunca en su vida dan el salto al cine; y otros que lo hacen muy tardíamente, pero que entran por la puerta ancha, ya que su ópera prima demuestra su talento y la experiencia acumulada dirigiendo para la pantalla chica.
Es el caso del danés Kristoffer Nyholm que a los 67 años, en 2018, dirigió su primer largometraje para el cine, “El Misterio del Faro”, una cinta inquietante y muy bien realizada; basada en hechos reales y en que está ambientada en las islas Flannan, pertenecientes a Escocia. Nyholm, que en mayo cumple 71 años, desarrolló desde 1988 una importante carrera en la televisión británica, por lo cual el oficio que demuestra en este filme no es casual ni menor.
La primera dificultad radica en que prácticamente todo el filme está filmado en una isla y con solo tres personajes, los fareros Thomas (Peter Mullan), a cargo del grupo y el de mayor edad; James (Gerard Butler), el de edad mediana y al cual lo espera una familia que conocemos al inicio de la película; y Donald (Connor Swindells). Hay que decir que a todas luces los une una amistad importante que facilita la estadía de meses que deben cumplir manteniendo el faro, antes de que los reemplacen.
Esta rutinaria calma se verá radicalmente afectada con el naufragio de un pequeño bote con un tripulante y un pequeño tesoro de lingotes de oro, que no sólo cambiará la personalidad de los tres amigos; sino que desencadenará una angustiante tragedia, que el espectador vivirá con el espíritu en un hilo. El detonador final será la llegada a la isla de dos sujetos que reclaman el botín: el líder Kenny (Gary Lewis) y el brutal Boor (Olafur Darri Olafsson), que sólo agravan el caos y el desquiciamiento que ya estaba en camino.
Sin lugar a dudas, los personajes más ricos son Thomas y James, por su complejidad y porque llevan en sí mismos las semillas de la culpa y de la redención, por sus historias anteriores; que ambos resuelven de distinta manera, en una espiral feroz de autocastigo y perdón.
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