martes, 6 de noviembre de 2018

“BOHEMIAN RHAPSODY”

Siempre es difícil hacer una cinta biográfica de un personaje muerto en fecha reciente y que fue tremendamente querido por sus admiradores, como es el caso del músico Freddy Mercury, solista del grupo de rock Queen, y que falleció a los 45 años, en 1991; marcando de manera indeleble la escena rockera británica y mundial de la segunda mitad del siglo XX, a pesar de que su influencia se extiende justicieramente hasta nuestros días.

“Bohemian Rhapsody” (2018), cinta dirigida por el cineasta estadounidense Bryan Singer, relata acertadamente la vida de Mercury (un notable Rami Malek), meses antes de incorporarse al grupo Smile, junto al bajista John Deacon (Joe Mazzello), ya que se acababa de retirar el solista y no tenían bajo. De este modo se unieron al guitarrista Brian May (Gwilym Lee) y al baterista Roger Taylor (Ben Hardy), configurando el grupo Queen, como lo bautizó el propio Mercury.

Singer, de 53 años, bahía dirigido anteriormente una decena de largometrajes, entre los que destacan “Los Sospechosos de Siempre” (1995), cuatro cintas de la saga de los X-Men; “El regreso de Superman” (2006), “Operación Valquiria” (2008) y “Jack, el Cazagigantes” (2013), que lo convierten no sólo en un director de éxitos de taquilla, sino también en un realizador de cintas que maneja bien las emociones del espectador.

Precisamente esta es la característica de “Bohemian Rhapsody” en la que se funda su efectividad. El director centra la perspectiva de la construcción del personaje de Mercury en sus relaciones sentimentales. Primero con sus padres de apellido Bulsara, provenientes de Zanzíbar, actual Tanzania, de origen persa y bastante tradicionales; luego con los demás músicos de Queen, su verdadera familia, de lo cual se dio cuenta después de un largo periplo vital, que lo llevó incluso a intentar una fallida carrera como solista.

Paralelamente estuvo casado primero con Mary Austin (Lucy Boynton), hasta que asumió la homosexualidad de Mercury, pero que siguió siendo su gran amiga hasta su muerte; y luego sus años finales con Jim Hutton (Aaron McCusker), que fue su pareja hasta el final. Entre medio, su relación con sus manager John Reid (Aidan Gillen), Paul Prenter (Allen Leech) y Jim Beach (Tom Hollander), fundamentales en su existencia, ya que Mercury siempre buscó más amigos leales que empleados, lo que no siempre consiguió, que lo acompañaran en su gran pasión: la música.

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